¿Por qué los niños de España y Noruega son cada vez más gordos?

La dieta mediterránea tradicional, basada en materias primas buenas y saludables, verduras y frutas, ya no es una base tan importante en la mayoría de los hogares, al contrario de lo que a los propios españoles les gusta pensar. En el norte de Europa, en Noruega, los panes ricos en fibra, los platos tradicionales antiguos y las materias primas utilizadas por los chefs campeones del país también están perdiendo terreno. ¿Por qué la pizza congelada se ha convertido en el plato de cena más consumido en Noruega? ¿Y por qué los alimentos precocinados y fáciles de preparar también han llegado a las cocinas y mesas de comedor españolas? Respuesta: ¡Los ladrones de tiempo!

¡Tiene que ser rápido, tiene que ser fácil y tiene que ser barato! Estas son las reglas rectores de hoy; tanto en domicilios particulares como en instituciones públicas. Un ejemplo de esto último fue una iniciativa de la comarca de Madrid que pretendía mejorar los menús hospitalarios para niños, invitando a un chef de primer nivel a preparar menús saludables. Entonces, resulta que los presupuestos del condado eran tan ridículamente bajos, que en realidad era imposible aplicar cualquiera de las sugerencias bastante razonables de estos especialistas.

Sabemos más que nunca sobre la alimentación sana y la vida sana, pero no vivimos en consecuencia. Enganchados a la presión del horario laboral y las actividades de ocio, así como al deseo de seguir la vida feliz de los que vemos en los anuncios de televisión, nos abastecemos de los alimentos que anuncian. Y en tiempos de crisis económica, lo barato es el rey. Y, como todos sabemos, los artículos baratos son en su mayoría resultado de procesos industriales con materiales de dudosos grados de salubridad.

Entonces, creemos que les hacemos un favor a nuestros hijos cuando les dejamos comer todos los dulces, las patatas fritas y los refrescos que piden. Tal vez no sea así a largo plazo, ¿¡eh !?

En Noruega, hogar de los ricos y abundantes desayunos, la mayoría tiene una pausa para el almuerzo alrededor del mediodía. Es entonces cuando los basureros alrededor de las escuelas a veces contienen matpakker (sándwiches empacados) que arrojan los niños que prefieren bollos y cosas de la panadería o cafetería cercana, ahogados con Coca-Cola en lugar de la tradicional leche fría. (En realidad, desde hace algunos años, Coca-Cola tiene el objetivo declarado de sustituir la leche como parte de las dietas de los hogares noruegos, llevando a cabo una campaña agresiva con este fin).

En España, pocas personas desayunan copiosamente, pero muchos prefieren tomar una Magdalena o una galleta o algo ligero para empezar el día. Luego, durante las horas de la mañana es bastante común tomar otro “desayuno”. Entonces, la mayoría de los niños estarán masticando bollos o pasteles hechos industrialmente en lugar del buen bocadillo con salchichón.

En ambos países, el consumo de azúcar, grasas y grasas ha aumentado enormemente en las últimas generaciones. Y los expertos han hecho sonar las alarmas hace mucho tiempo. No se trata de una cuestión de estética, como "delgado es más agradable a la vista que lo gordo", sino más bien un problema de salud grave a largo plazo, algo que nos costará muy caro para la salud en los próximos años.